Todo tiene explicación

El psicópata, no es capaz de empatizar y de alcanzar lazos afectivos reales con su entorno. Todo ello le lleva a acometer sus impulsos pasando por encima de cualquier norma moral o social.


Los psicópatas no son necesariamente asesinos ni violadores. La inmensa mayoría de los psicópatas se manifiestan mediante el desarrollo de la manipulación y el engaño con las personas que los rodean. Con frecuencia, el perturbado diseña sus argucias para alcanzar sus objetivos económicos, sexuales o de poder. Para conseguirlo le resulta muy fácil fingir que tiene emociones y que comprende y ayuda a los demás.


Las trayectorias vitales de estos individuos dejan un rastro de personas atormentadas, vejadas, arruinadas, perseguidas, o traumatizadas. Todo apunta a una falta de conexión entre el sistema límbico y el cortex prefrontal.


Al psicópata lo definen algunos rasgos como la falta de empatía, el encanto falso y superficial, un egocentrismo extremo y una laxitud extrema entre los conceptos del bien y el mal.


Son personas que viven y trabajan con nosotros, que son incapaces de sentir emociones reales, que carecen de empatía, que son manifiestamente simuladoras y manipuladoras, que se aprovechan de los demás, que no distinguen la crueldad y el dolor ajeno y que están dispuestas a todo por dinero. Están en todas partes, están allí donde puedan obtener algo, desde pozos de agua a tierras de labranza, o allá donde haya poder o prestigio. Donde se pueda obtener dinero, habrá un psicópata bien vestido y medianamente inteligente y lo hará muy bien para conseguirlo. De manera que hay muchas áreas donde pueden medrar: negocios, política…. Allí, el psicópata encontrará un hogar muy confortable.



Criterios para el diagnóstico de F60.2 Trastorno antisocial de la personalidad (301.7)